Este es el lema que nos inspira en la cotidianeidad.
Un importante porcentaje de asuntos que llegan a nuestras manos lo hacen en una fasee retardo ya avanzado. Frente a ello, es necesario comprender que el desenvolvimiento del problema, conflicto o diferendo tiene tres etapas de desarrollo: génesis, progresión y culminación. Cuando ha llegado a esta última fase, al manifestarse como insoportable, es cuando habitualmente se acude al auxilio del profesional. Evidentemente, las soluciones son más dificultosas cuando las posiciones, las relaciones o los estados de hecho están más consolidados por el tiempo.
Aconsejamos a las personas implicadas, a nuestros clientes, una actitud decidida para enfrentarse a la situación respectiva y al recurso inmediato al profesional. Sin esperas infundadas que sólo dificultarán las vías de salida. Analizar y aconsejarse del profesional nunca es prematuro. Posponer, diferir o postergar, agravará los inconvenientes.
El modelo profesional que patrocinamos está alejado de la imagen habitual de inacción y lentitud que rodea al mundo de la justicia. Es verdad que este ideal no siempre nos permite vencer las inercias y disfuncionalidades del sistema. Pero en todos los casos es posible hacer algo para remover obstáculos. Hay que buscar la mejor de las salidas.
Nunca la pasividad. Siempre proactivos.
(J.L. Merino)